26 abr 2015

65 deficiencias de accesibilidad en las paradas TAM

La Plataforma Comarcal por la Movilidad Sostenible de L'Alacantí denuncio públicamente tras un largo estudio las deficiencias en materia de accesibilidad que tienen las paradas de servicio TAM recientemente reformadas en las Avenidas de Oscar Esplá y Rambla de Méndez Nuñez.

Estas deficiencias conllevan las siguientes consecuencias:
  • La expulsión de un 9% de los potenciales usuarios del TAM
  • Desincentivación de otra parte de potenciales usuarios del servicio por las molestias que les ocasiona el acceso al medio de transporte.
  • La ralentización del servicio por el tiempo perdido en la carga/descarga de pasajeros
Estas tres consecuencias se traducen en un incremento considerable de coste de explotación del servicio TAM, por lo que se incrementa la subvención pública y empeora la calidad del servicio.

Entre las deficiencias encontradas, las más comunes so:


  • La mala colocación de los pavimentos para invidentes
  • Espacios insuficientes que dejan las marquesinas
  • La falta de espacio de maniobrabilidad de los vehículos para aproximarse a la parada
  • La diferencia de altura entre el piso del vehículo y el bordillo
  • La mala colocación de otros elementos o falta de acople entre ellos
En el informe se detalla una por una con nº de parada incluido todas las deficiencias que se han observado. 

Es cierto que debido a la gran red de paradas es imposible que todas se encuentren adecuadas a las actuales normas de accesibilidad, pero el motivo de esta protesta es que pese al gasto que ha supuesto renovar todas estas paradas, que aún existan deficiencias y no se hayan contemplado en el proyecto de ejecución.

Podéis ver el informe completo en el siguiente enlace:

Alejandro M

10 abr 2015

Reciclaje de Espacios Urbanos



El reciclaje urbano es la utilización de espacios que fueron abandonados u olvidados, ya sea fábricas, talleres, almacenes, muelles, instalaciones militares, entre otros y que han sido readaptados o acondicionados para darles un nuevo uso, ya sea público o privado.

En la actualidad nos encontramos con un aumento del tamaño de las ciudades lo que produce que el tejido residencial de éstas se mezcle con las zonas industriales. Provocando un abandono de estas zonas industriales hacia lugares más periféricos. En otras ocasiones que nos encontremos con antiguas infraestructuras que se han quedado obsoletas por el avance de la planificación urbanística. Todos estos edificios abandonados que nos encontramos en nuestras ciudades muy cerca o incluso dentro de los núcleos de población pueden ser un activo para impulsar zonas deprimidas o de poca importancia.

Las Cigarreras (Alicante)
La historia contemporánea de Alicante, está ligada a las cigarreras y a la industria del tabaco. Esta fabrica situada antiguamente a las afueras del casco histórico de Alicante, poco a poco ha sido absorbida por el tejido urbano. Una vez desmantelada la fabrica de tabacos algo más de dos siglos después de su puesta en marcha a principios del XIX, y tras una dura lucha por mantenerse en funcionamiento, en 2010 ponía punto y final a uno de los capítulos esenciales de su historia con la clausura definitiva de ésta. Han sido más de doscientos años de vida en los que, siendo fiel reflejo del proceso de desarrollo de la revolución industrial en España, se convirtió en un claro exponente de la economía y la sociedad alicantina de la época y por supuesto, en uno de los edificios más representativos de la ciudad. Despues de varios años de obras, en 27 de junio de 2012 se abre el espacio cultural "Las Cigarreras" dotando al barrio de una caracter mas turístico y moderno.


Jardín vertical de "Las Cigareras"


Fachada principal de "Las Cigarreras"



Matadero de Madid
El Matadero y Mercado Municipal de Ganados de Madrid, también conocido por su uso primordial durante su periodo de funcionamiento y por su ubicación como Matadero Municipal de Legazpi, fue un conjunto de cuarenta y ocho edificios dedicado a realizar funciones de matadero industrial y mercado de ganado en la ciudad de Madrid durante las décadas centrales del siglo XX. Las instalaciones del matadero y mercado de ganados fueron entrando en funcionamiento paulatinamente entre 1924 y 1925 y permanecieron en uso hasta el cierre del matadero en hasta 1996. En 1997 se incluyó en el Catálogo de Edificios Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. Tras el cierre definitivo del matadero en 1996, las instalaciones quedaron sin uso hasta que en 2003 se decidió su transformación en un espacio cultural conocido como Matadero Madrid, que abrió sus puertas en 2007.

Interior del Centro Cultural "Matadero de Madrid"



Exterior del Centro Cultural "Matadero de Madrid"

Jægersborg water tower (Dinamarca)
Pero no todo van a ser centros culturales ubicados en viejas fabricas absorbidas por el crecimiento urbano si no que también podemos ver otras actuaciones como la que propuso el equipo de arquitectos suecos Dorte Mandrup Arkitekter que convirtió un gran depósito de agua en un edificio mixto con un centro para jóvenes y viviendas. En los pisos superiores, las viviendas se distribuyen alrededor del perímetro de la estructura dejando el centro como zona común y de almacenaje. En los pisos inferiores, el centro para jóvenes está dividido en habitaciones de gran tamaño para poder distribuirse y adaptarse según las necesidades.


Jægersborg Water Tower

Interio del centro para jóvenes

Interior de las viviendas

Planos


Rio Turia (Valencia)
El río Turia tiene su desembocadura en valencia capital la cual tiene un gran historial de crecidas que inundaban Valencia produciendo en la población un gran caos. Estas crecidas hicieron crear un proyecto para desviar dicho cauce y evitar posteriores inundaciones. Asimismo se procuraba generar nuevas infraestructuras para el crecimiento de la ciudad. En un principio el planteamiento inicial era dotar a la ciudad de nuevas vías rápidas de acceso a Valencia. Finalmente y con gran acierto se decidió crearen el antiguo cauce que pasa por el centro de la ciudad el Jardín del Turia que se ha convertido en una zona lúdico-cultural, donde se encuentran grandes espacios ajardinados, zonas deportivas, salas de exposiciones, auditorios abiertos y la Ciudad de las Artes y de las Ciencias.

Ciudad de las Artes y de las Ciencias

Jardines del Rio Turia












9 abr 2015

Viaje al centro del nuevo ‘tubo’ de Londres

Debajo de Londres hay un mundo. Una ciudad subterránea tan antigua como la que se levanta en la superficie. Hay más túneles bajo el Támesis que bajo ningún otro río capitalino. El secreto, dicen, está en la tierra. Ese suelo arcilloso sobre el que se asienta la metrópoli es infértil para la agricultura, pero ideal para perforar. Y en las profundidades de ese Londres horadado se puede leer la historia de la propia ciudad.
Primero fueron las criptas, los templos romanos, las catacumbas. Después los pasadizos, las cloacas, los refugios de las bombas, las tuberías de gas, las cañerías de agua, las redes de cableado. Y, reinando en esa urbe enterrada, la red de metro. La más antigua del mundo. Hasta 408 kilómetros de vías activas, además de algunas abandonadas, que transportan cada día a más de tres millones de viajeros.
A medida que Londres se expande, también lo hace esa otra ciudad bajo su suelo. Hoy, cuando la capital británica acaba de alcanzar los 8,6 millones de habitantes –superando un récord histórico de población que no se repetía desde 1939– y se encamina a los 10 millones a razón de 250 nuevos londinenses cada día, una nueva arteria se añade al Londres subterráneo: el Crossrail. El túnel más grande de cuantos lo han surcado en toda su existencia.
Por las 40 estaciones de esta línea que atraviesa la ciudad de oeste a este pasarán 200 millones de personas al año a bordo de los hasta 24 trenes que circularán por ella cada hora. Estos dos gigantescos tubos paralelos de 21 kilómetros están llamados a socorrer a una ciudad que debe enfrentarse al más colosal reto que le ha planteado nunca su esquema de movilidad.

La construcción del túnel, en uno de sus tramos de mayor complejidad, ha sido encomendada a la ingeniería española


El crecimiento de la población de Londres es un signo de su fortaleza económica. Pero la demanda global sobre la limitada oferta de viviendas en la capital ha disparado los precios, y los trabajadores, como dijo el alcalde Boris Johnson en enero, “se ven forzados a vivir en lugares y suburbios que nunca habían entendido como parte de Londres”. La presión sobre el transporte público es, por ello, difícilmente sostenible: en los próximos 35 años la capital británica tendrá que invertir 652.000 millones de euros para retener su posición como una de las principales ciudades del mundo, ha dicho el alcalde conservador. El plan incluye seis nuevos puentes y túneles en el río, otro aeropuerto, 200 kilómetros de carriles bici y, como proyecto estrella, el Crossrail, con un presupuesto de 20.700 millones de euros, que se completará a continuación con el Crossrail 2, que atravesará Londres de norte a sur.
“Ahora estamos a 30 metros de profundidad”, explica Mariano de Andrés, director de proyecto de Ferrovial Agroman, uno de los jóvenes ingenieros españoles que han pasado los últimos años bajo tierra, construyendo esta ciudad subterránea. La compañía española, asociada con otras dos en una UTE (Unión Temporal de Empresas), participa en el proyecto Crossrail desarrollando dos túneles de 6,4 kilómetros y la nueva estación de Farringdon.
Estamos debajo de dicha estación, al este de Londres. Esto es el corazón de la descomunal obra. Detrás de las vallas que apenas llaman la atención de los apresurados viandantes se abre un descomunal agujero desde el que se accede al subsuelo.
Farringdon, situada sobre el límite norte de la City, el centro financiero de Europa, encarna el pasado y el futuro del Londres subterráneo. Se abrió el 10 de enero de 1863 como estación término del Metropolitan Railway, la primera ruta suburbana del mundo. Hoy pasan por aquí tres líneas de metro (Circle, Hammersmith & City y Metropolitan) y el National Rail.

La estación de Farringdon se convertirá en el nodo central del Crossrail. En la imagen, los trabajadores descienden desde un agujero abierto en el suelo de la mencionada estación. 

Actualmente existen otras estaciones más conectadas. Pero la de Farringdon será un nodo crucial de Londres cuando la atraviesen, de norte a sur y de este a oeste, los dos mayores proyectos de infraestructura de transportes que están en marcha en la capital: elThameslink y el Crossrail. Está previsto que ambos echen a andar en 2018. La estación proporcionará conexiones con tres aeropuertos. La utilizarán 140 trenes y 150.000 pasajeros a la hora.
El ruido hipnótico del aire que circula por los enormes tubos de ventilación acalla el sonido de la ciudad que vibra treinta metros más arriba. Operarios vestidos de naranja fluorescente deambulan por este inmenso túnel de 6,2 metros de diámetro por el que circularán, a partir de 2018, los trenes de 200 metros de longitud, compuestos por 11 vagones, con capacidad para transportar a 1.500 personas cada uno, el doble que los convoyes convencionales del metro de Londres.
Ingenieros, geólogos, biólogos, topógrafos. Diez mil personas han trabajado en estos túneles. Como Alín Ron, asturiana de 28 años, que controla, con ayuda de instrumental topográfico, los posibles movimientos en los pasajes del subsuelo. Cualquier asiento, aunque sea de un centímetro, podría rajar un edificio en la superficie.
“Londres es un queso agujereado”, explica Mariano de Andrés. “Hicimos 14 cruces con las tuneladoras con líneas de metro en servicio. Hemos pasado por debajo de sitios muy importantes. En Tottenham Court Road estuvimos a 70 centímetros de la Northern Line. El Instituto Tecnológico de Massachusetts participó en el estudio de los asientos. Se instaló un sistema de control de movimientos en superficie. Si algo se mueve, se inyecta cemento. Se han empleado un millón de litros”.
Phyllis, Ada, Elizabeth, Victoria, Mary, Sophia, Jessica y Ellie. Así se llaman las ocho tuneladoras que abrieron estos caminos. Ninguna empieza a trabajar sin que se le dé un nombre primero. La ingeniería también tiene sus supersticiones. A estas las bautizaron vecinos de Londres en un concurso convocado a través de la web del proyecto.


Pronto una tuneladora se asomará por la pared del fondo de la imagen, uniendo los dos tramos del túnel del Crossrail. 

Detrás de esos nombres de mujer hay máquinas de 1.000 toneladas y 150 metros de largo que agujerearon el suelo a un ritmo de 20 metros al día con una fuerza que serviría para levantar 2.900 taxis de Londres.
Las tuneladoras perforan y retiran la tierra. Montones que hay que llevar a algún lugar. Los 1,2 millones de toneladas que se sacaron de este tramo se llevaron hasta la isla de Wallasea, en Essex, para crear una nueva reserva natural en colaboración con la Real Sociedad para la Protección de las Aves. Un trozo de Londres que se lleva al mar.
Meter y sacar del suelo del centro de Londres a las gigantescas tuneladoras, que se construyeron en Alemania, tampoco es labor fácil. En Farringdon se recibieron cuatro y dos de ellas aquí siguen. Resultaba más conveniente que devolverlas a la superficie. Aquí se quedarán para siempre: reliquias de la historia oculta de la ciudad. Como los 13 esqueletos que se encontró el operario de una excavadora del Crossrail, en marzo de 2013, bajo esta misma estación de Farringdon, cerca de un antiguo cementerio cartujano, que se cree que corresponden a víctimas de la peste negra enterradas alrededor de 1349.
“Aquí encuentras todo lo que se puede llegar a ver en un proyecto de ingeniería”, asegura Mario Móstoles Nieto, director general de Ferrovial Agroman en Reino Unido e Irlanda. Este es el proyecto más grande de infraestructura civil de Europa. Y su construcción, en uno de sus tramos de mayor complejidad técnica, ha sido encomendada a la ingeniería española. “Yo he trabajado en cinco países y puedo decir que en España tenemos los ingenieros mejor formados”, explica Móstoles. “Se hicieron muchas obras en veinte años y los profesionales aprendieron muy rápido.

El Crossrail cruzará la ciudad de oeste a este. Por él pasarán 200 millones de personas al año.

Nuestros trabajadores son los más cualificados y muchos se encuentran en el extranjero. La inversión pública en España ya no es lo que era y un ingeniero de Caminos no tiene más remedio que irse fuera. Si no tuviéramos algo que aportar no estaríamos aquí. Les da confianza que haya españoles en la obra. Tenemos experiencia y somos rápidos en la toma de decisiones. Se nos considera un agente importante en este mercado”.
Ferrovial Agroman acometió su primera obra en Irlanda en 2003 y desde allí saltaron a Reino Unido. Hoy cuenta con una plantilla de 400 personas en un país que ya es el primer mercado mundial del grupo, por delante de España. Carreteras, aeropuertos, trenes, servicios municipales. “Hemos crecido aquí orgánicamente y a través de concursos, no mediante adquisiciones de otras empresas”, explica Móstoles. “En Reino Unido los principales proveedores de servicios están participados por empresas extranjeras, es un país acostumbrado a eso. Aquí nos tratan como locales. Y es en proyectos de gran complejidad, como el Crossrail, donde aportamos valor añadido”.
Las primeras tuneladoras de Ferrovial Agroman empezaron a perforar aquí en 2012. A pesar de la enorme complejidad del proyecto, se están cumpliendo los plazos. Todo indica que para 2018, tal como estaba previsto, los primeros trenes circularán ya por estos nuevos túneles. Se marcará un nuevo hito en la historia de este Londres subterráneo, casi dos siglos después de que el ingeniero francés Marc Isambard Brunel inventara en la celda de una cárcel londinense el escudo para la perforación de túneles, precursor de las tuneladoras modernas, con el que se atravesó por primera vez el Támesis por debajo.
Acuciado por las deudas que provocaron sus enloquecidos proyectos, Brunel acabó en 1821 en un calabozo de Southwark. Allí tuvo una visión que cambiaría la historia de la ingeniería y, con ella, la de la propia ciudad. Observó durante días cómo las carcomas perforaban la madera y se le ocurrió reproducir la técnica en la ingeniería civil.

En libertad después de que el Gobierno asumiera sus deudas, Brunel se dedicó a convencer a cualquier autoridad que le escuchara de que él era capaz de perforar el subsuelo del Támesis. Tras un intento fallido a principios del siglo, en febrero de 1825 comenzaron, bajo su supervisión, las obras de aquel primer túnel bajo el río que se extenderían durante 16 años. Hundimientos, enfermedades, muertes. Los diarios de Brunel dan pistas sobre la envergadura y los peligros de aquel proyecto pionero que casi acaba con la salud del propio ingeniero. “Hasta las paredes estaban recubiertas de un sudor frío”, escribía el cronista del Times que acudió a la apertura.
Aquel túnel del Támesis nunca triunfó como paso de coches o de peatones. Pero en 1869 alojó al Ferrocarril del Este de Londres. Y ahí sigue hoy, conectando Wapping y Rotherhithe en la red de metro.
Seis años antes se había inaugurado el Metropolitan Railway, la primera línea de metro. Pero se construyó sin tuneladoras: se excavó en la superficie y se cubrió el hueco después. La imagen de los trenes de vapor desapareciendo bajo la tierra colmó la sed de espectáculo del Londres victoriano. Las crónicas de la época describen un ambiente “propio del estreno de una gran obra de teatro” en la estación de Farringdon el día del viaje inaugural.

Página de la noticia y video interesante sobre el trabajo de la tuneladora:

TRANVIA DUBAI.

Dubái: el tranvía más moderno del mundo lleva ADN español


 
Alstom España participa en la seguridad y la señalización del primer tren urbano 100% sin catenaria en Dubai.
Hoy por hoy, pese a un entorno global aún de crisis, el principal temor del emirato árabe de Dubái es que su economía se desboque. En su empeño por barrer el desierto, rascar el cielo y hasta urbanizar el mar, el PIB dubaití crece casi tanto como la propia ciudad. El gran reto es sostener y encauzar ambos avances en un entorno de agotamiento de las reservas petrolíferas, que han propiciado el enorme boom de este oasis de opulencia.
Por eso el Gobierno dubaití busca conjugar un nuevo modelo de expansión -más centrado en el turismo y las finanzas- con una gran apuesta por el transporte público, para facilitar la descongestión de la metrópoli. No en vano, el Ejecutivo emiratí quiere incrementar la cuota de transporte público del 13% actual al 30% en 2030.
Dentro de este planteamiento económico y urbanístico, una de las apuestas cardinales es el nuevo tranvía, el más moderno del mundo, diseñado por la compañía francesa Alstom y con una gran participación de Alstom España, en temas de seguridad y señalización.
Se trata del primer sistema tranviario de la región del Golfo Pérsico y el único del mundo que funciona íntegramente sin catenaria -la energía la toma directamente del suelo, con un sistema llamado APS-. Su singularidad también radica en que se adapta a las condiciones climáticas extremas de la zona, con temperaturas superiores a 50 grados, una elevada humedad y la continua aparición de arena.
Alstom España ha dado soporte a la implementación del sistema de señalización CBTC, que controla la velocidad del tren (que nunca supera los 50 kilómetros por hora) y que permite circular sin conductor. Además, garantiza una alineación exacta en las paradas, para no perder refrigeración -cosa vital en una zona desértica-.
No en vano, Madrid se ha convertido en una suerte de capital mundial de la señalización ferroviaria, ya que tanto Alstom como Siemens y Bombardier tienen su base allí, sobre todo en cuanto al citado sistema CBTC.
La quincena de trabajadores enviados desde Madrid también se ha centrado en el diseño, ejecución y puesta en funcionamiento de los equipos de control de los sistemas de información al viajero, seguridad y videovigilancia de toda la línea, con la instalación de casi 800 cámaras.
Los tranvías modelo Citadis de Alstom circulan ya por los 11 kilómetros del trayecto, al precio de 4 dirhams (1 euro) para los tickets normales y 8 dirhams (2 euros) para la clase oro. En una segunda fase, la longitud del proyecto se ampliará a 15 kilómetros, y, después, a 20, para la Exposición Universal 2020, que se celebrará en Dubái.
"El Gobierno local se está adelantando al problema de congestión de tráfico que habrá en los próximos años, de manera que las previsiones de cara a 2020 son muy optimistas", asegura Vincent Prou, director general de Alstom para la región del Golfo, quien añade que el tranvía tiene total prioridad de paso sobre los automóviles.
De esta forma, el proyecto busca bajar de los coches de lujo a una población que cada vez vive más concentrada en urbanizaciones de rascacielos que son auténticos embudos de tráfico. Actualmente usan el tranvía unas 10.000 personas al día, aunque el objetivo es llegar a 66.000 al final de la década.
El valor del proyecto ha sido de 700 millones, compartido al 50% entre Alstom y su socio local, Cofely Besix FM. Ambos se ocuparán también del mantenimiento de los tranvías durante los próximos 13 años, en un contrato por valor de 120 millones de euros, con posibilidad de ampliarlo otros cinco ejercicios, por 50 millones adicionales.